Van siendo un par de días ya que, tras un buen periodo de cambios, siento que lentamente estoy volviendo hacia un estado cómodo de negación a aquellos deseos que me llaman a experimentarles.
Muy contrario al espíritu natural del artista, quien día a día despierta con un llamado claro en su corazón de qué es lo que desea expresar, y que finalmente expresa como siente necesario; el arte de la buena vida requiere el mismo compromiso.
El deseo de cambio
Si bien no todo el tiempo se trata de crear el arte como tal, hay días en los que simplemente la vida pide del creativo el expresarse de una forma u otra, incluso a través de aquello que hace o no en su día normal.
Es fácil mantener esto etéreo, sin forma clara ni pregunta específica. En mi caso, se trata de cambiar o no aquello que hago en mi día. Días que, como comenté, van siendo algo rígidos, y en los que cláramente deseo que sean más fluídos, movidos… Sigue siendo muy ámplio.
La pregunta es sincera y simple: ¿Qué quiero cambiar? Y lo esencial sigue siendo lo mismo que hace ya unos años: Quiero sentirme conectado y aportando al mundo que me rodea. Es un sentido de pertenencia, de impacto, y de real contacto con el mundo que tengo a mi alrededor.
La meta debe ser clara, pero no aplastante
La meta es la plenitud, plenitud de vida, que significa simplemente ser yo mismo, de forma clara y constante, en donde no me falle y pueda sostener una vida de congruencia con aquello que considero valioso, enfrentando aquello que no para cambiarlo y en esto, experimentar la vida que deseo.
Las energías algunas veces faltan para lograr esto, pero sinceramente creo que es un tema de mentalidad: El cansancio de deseos que se expresan, pero que no se atienden finalmente.
El acto de crear no debería ser necesariamente agotador, pero lo es cuando se interviene tanto con una mente racional que no se permite fluir en aquello que disfruta, más bien, se frena y se interrumpe con preguntas innecesarias como:
- ¿Es esto lo correcto?
- ¿Vamos por buen camino?
- ¿Estaré desatendiendo algo más importante al hacer esto?
Serle fiel a estas preguntas solo agota las energías del hombre, hombre que intenta actuar como un dios y tener un grado de “omnisciencia forzosa” que termina desconectándole de lo que realmente importa: El ahora.
La importancia de ser honesto
Ser honesto es un esfuerzo de dos partes: Primero se acepta el deseo, y segundo se debe hacer algo alrespecto; no existe honestidad completa a menos que se ejecute sobre la verdad que se plasma… Aquí, faltan mejores pasos, pero pasos que aún se pueden dar.
…Es el compromiso, esa es la misión.