La tónica del cambio suele ser la incomodidad.
Esta, suele recordarnos que donde estamos ahora nos exige movernos; que estamos aún por llegar a algún lugar en donde estaremos mejor.
Así mismo he pasado ya estas últimas semanas, entre grandes cambios, una expansión y disminución de lo que es mi familia en un espacio muy reducido… Aún así, toca prevalecer, y recordarnos que es importante avanzar.
He ahí la pregunta: ¿Hacia donde estoy avanzando?
Un cúmulo de cambios
Necesité estas últimas semanas tomarme un respiro de la gran variedad de cosas que estoy enfrentando:
- Cumplir con mi trabajo remoto de Marketing.
- Desarrollar los servicios del primer cliente que recibimos en mi agencia, Genera.
- Cuidar del nuevo integrante de la familia, Oliver, que es un gato bebé que ha necesitado muchos cuidados.
- Y claro, darme el espacio para conectar y abrirme más a esta nueva ciudad, Concepción, de la que aún estoy aprendiendo a desenvolverme.
Va siendo un gran cambio tras otro, entre otros asuntos que por temas personales es mejor no detallar acá, pero la base de todo esto es que no ha resultado sencillo de llevar.
Independiente de eso, prevalezco, porque es importante hacerlo, porque realmente siento que lo vale y hay algo muy valioso esperando para mí; mi integridad, sobre todo.
En esta última semana en concreto del 25 de Marzo, necesité detenerme un poco con los pasos en la agencia para darme un poco de tiempo para pensar por mí solo y responderme mejor: ¿Qué es lo que estoy buscando?
¿Hacia dónde voy?
Con algo de molestia me comencé a dar el espacio a esto, pero un muy buen amigo (quien también es mi colega actual en la agencia) me dijo que era muy importante hacer estas paradas ahora, que estamos comenzando y ahora es el momento de hacer los cambios que sean necesarios.
Me trajo algo más de certeza y confianza en que hacía lo correcto, que es la razón por la que ahora escribo con el fin de poder seguir revisando e idealmente, caer a cuenta sobre el cambio más concreto que busco generar con mi vida.
He establecido hace ya un tiempo una variedad de cosas que deseo cambiar, de forma sencilla las he reducido a dos grandes ejes: Contacto y Propósito.
En el contacto me refiero en contacto a la dinámica actual que ha prevalecido ya por varios años en mi vida, que es la de continuar trabajando muy lejos de las personas, que es donde más completo me siento trabajando.
En cuanto a propósito, es bien claro: Es importante para mí sentir que aquello que hago aporta de una forma que considero valiosa… Que actualmente, no es el caso con el trabajo que tengo, que si bien está en mi área, tengo muchas oportunidades para aprender y es muy bien pagado, finalmente no siento que se alínea con algo por lo que me siento orgulloso de trabajar al estar más centrada en hacer dinero a costa de otras personas.
Por estas y varias razones más lucho por recuperar este espacio en donde puedo mirar hacia adentro con más calma y así, me doy el espacio de tomar las decisiones necesarias para lograr los cambios que busco.
A fin de ser claro al hablar de cambios, los aclaro:
- Quiero que mis días estén más llenos de contacto e impacto positivo; poder envolverme en la vida de las personas y poder impactar para bien.
- Quiero poder profundizar en problemáticas por las que sienta afinidad, y utilizar mi experiencia para cambiar las cosas para bien.
- Me gustaría hacer esto localmente primero, para poder experimentar de primera mano el bien que busco hacer, pero en primer lugar la problemática que me gustaría enfrentar.
- Quiero tener más oportunidades para disfrutar del desarrollo de estas cosas, manteniendome alineado a lo que considero valioso, y estar mi 100% para contribuir en donde mi corazón apunte.
Quizás todo aún muy amplio, poco específico sobre el cómo, pero por ahora me basta con puntualizar dichos cambios para poder pasar a organizarme bien alrededor de esto, y lograr el cometido que me planteé lograr al venir a esta nueva ciudad.
Porque algo busco aquí, le diría encontrarme, pero cada vez que voy avanzando un poco más entiendo que en realidad nunca me perdí, solo me he estado esperando a comenzar en aquellas cosas que siempre supe que quería.
¿Y cómo comienza este cambio?
Recuerdo algo que dijo una vez Jordan Peterson, si bien no recuerdo exactamente como lo comentó, lo recuerdo así: “La mayor aventura que estás buscando está escondida justo detrás de tu verdad. Sé honesto.”, y quizás de esto se trata todo, ser honesto con lo que sé que quiero, y lo que no.”
Andrés Calamaro en una tremenda canción llamada “Donde Manda Marinero” cantaba:
“No sé qué quiero pero sé lo qué no quiero
Sé lo qué no quiero, y no lo puedo evitar
Puedo seguir escapando y aún lo estoy pensando
Lo estoy pensando pero estoy cansado de pensar”
Realmente, nunca es un mal lugar para empezar aquellas cosas que ya sabemos que no queremos, si bien no siempre tendremos claridad sobre exáctamente qué queremos, primero hay que hacer lugar dejando ir aquellas cosas que claramente no son para nosotros.
Lo bueno, es que igual tengo un buen grado de claridad sobre aquello que sí quiero, que es finalmente este rol más cercano a las personas, donde tenga una responsabilidad por el bienestar y el desarrollo de estas.
Esto ha ganado varias formas, primero a través del Marketing como Consultor, en donde me fue bastante bien, pero más reciéntemente (digámosle, los últimos 3 años) una mayor llamada hacia lo que es el Coaching, en concreto lo que tiene que ver con lo vocacional.
Hay algo en el rol de poder ayudar a las personas a construir sus sueños con confianza y claridad que me llena bastante, derivado supongo de mis propias experiencias (y de amigos más cercanos de adolescencia) en la que no había gente que creyese finalmente en nosotros y lo que queríamos lograr, en esos tiempos, con la música.
Pasión en la educación
Más profundamente, miro hacia el futuro con unas ánsias tremendas de poder cambiar la forma en la que la misma educación está organizada, que finalmente no da lugar a quellas personas que pudiesen sentir y pensar de una forma que no sea la ya pautada por el ministerio de turno, que finalmente deja a personas genuínamente creativas sintiéndose que son un fracaso.
Hay algo perverso en el intento desmedido de cortar con una misma tijera a toda un mundo de diversidad intelectual y emocional, a quienes finalmente se les cauterizan las almas de los sueños que pudiesen tener porque, como cualquier fuego, si no se aviva, se apaga.
Pero, por algún lugar debo empezar; esta tarea es hercúlea para la que, honestamente, sé que aún no tengo las competencias para lograr… Pero sé que puedo empezar por algún lugar.
Contaba con PurposeVox, que era mi proyecto muy en pañales en el cual esperaba ofrecer estos servicios de Coaching Vocacional que, por diversos motivos (no muy buenos) abandoné… No hago bien en seguir distanciandome de aquellas cosas que sé que resuenan conmigo.
Si bien no tengo la película completa de cómo esto se convertirá finalmente en aquellas habilidades que necesitaré para lograr aquel impacto profundo en la manera que la misma educación de mi país funciona (miraría incluso a latinoamérica completa en esto), tengo certeza de que este es el camino indicado para acercarme.
Y con esta claridad es importante decirle que no a aquello que no se alínea con este cometido.
Fuí responsable al principio y antes de venirme a esta ciudad con formarme en esta dirección, sí se siente como un paso atrás el retroceder mirando en otras direcciones por el bienestar de las personas que quiero; esto no lo desatenderé, pero sí lo debo hacer a mí manera.
Claro, muy claro es la medida en la que me termino apartando de mi propio camino por lo que percibo será el bien de otros. Pero tengo ayuda, y no necesito distanciarme de más de aquellas cosas que sé que son valiosas para mí para lograr esto… Debe existir un balance.
Más bien, existe.
El medio para encontrarlo soy yo.
Y lo encontraré, desde ya.
